domingo, 8 de diciembre de 2013

Por la señal… de la Santa Cruz de la Sierra

 
File:Escudo de Santa Cruz de la Sierra.jpgSe le atribuye a San Agustín de Hipona la frase «la medida del amor es amar sin medida». Entiéndase por amar el amor a Dios, no a la pareja o a cosa humana, como el dinero, tan de moda por estos días. Ante tamaña sabiduría, el bueno de Juan Pablo II llegó a decir de él, que fue el hombre más inteligente de todos. Quizá lo fue, pero ciertamente, no por ello, fue el más feliz. Porque hay otra forma de amor: la que va y viene del amigo, que tampoco tiene medida, que en nada se parece a Dios, y que si para algo sirve, es para ser feliz y hacer feliz al depositario de tu amistad. Y de ello, puede dar testimonio Bolivia, y más precisamente, Santa Cruz de la Sierra.


1499472_691722840846235_28709382_nInvitados por los esposos Yulia Podymova y Egorov Ramírez a visitar Santa Cruz, aprovechando que él fue designado cónsul del Perú en esa jurisdicción, reservamos la semana en que mi hijo André y yo cumplimos años –André el 27 y yo el 25-, para los cuatro –sumados Alena y Sophia- cumplir con la promesa de visitarles por una semana y celebrar la vida. No pudimos elegir mejor. A pesar del retraso de más de una hora en el vuelo de LAN, ni bien salimos de la Aduana boliviana, un sonriente Egorov en elegantísimo traje y colorida corbata corrió a abrazarnos, tomó nuestras maletas y nos condujo hasta el estacionamiento, en donde su moderno Mercedes Benz color negro bien pronto nos regresó a temperaturas limeñas –en Santa Cruz hacía unos 36° centígrados-. No exageraron quienes me habían señalado que es la región de Bolivia más rica, verde, progresista y amigable. Avanzando por sus diferentes anillos pudimos apreciar las modernas universidades, centros comerciales, comercios, hoteles y condominios de lujo, hasta llegar a Equipetrol, donde nuestros amigos tienen su residencia. En menos de cinco minutos, ya estábamos preparando la parrilla y sumergiéndonos en su piscina. Cuando la gran Carmen Balcells confesó, respecto a la amistad, que los años te hacen comprender que en toda una vida solo da tiempo a tener tres o cuatro amigos, no más, porque son los que caben en una existencia, seguramente se refería a gente como Yulia y Egorov. Amigos por entero, que logran rendir cualquier resistencia y hacerte sentir en casa. Así mismo fue.

santa-cruz-de-la-sierraLuego de comer, beber, reír, contar, compartir y celebrar en su casa, Egorov tuvo el buen tino de proponernos asistir al show inaugural del Dakarnaval, en el Chaplin Show (http://chaplinshow.com.bo/). Ignorantes del todo, nos convencimos por el título y fuimos a por las entradas. Bastante recomendable. Irreverente, hilarante, político, urticante, actual. Algunas actrices hacen honor a su fama de ser las mujeres más bellas de Bolivia. Lleno total, en su gran mayoría, los «VIP» de Santa Cruz. Luego del show, mientras avanzábamos a pie por su barrio más próspero, mirando divertirse a sus ciudadanos más jóvenes y bellos, recordé mis paseos por las calles del sur de Brasil, o la provincia argentina, incluso la uruguaya. Salvo el idioma, eran los mismos rostros, las mismas ropas, el mismo encanto. A esa edad, el color de la piel, los ojos o el cabello es lo de menos. La belleza es su condición natural, independientemente de la ascendencia.

Santa_Cruz_de_la_Sierra,_Bolivia,_Skyline_Zona_norte_CentroEl centro de Santa Cruz cuenta de una sociedad en progreso, aspirante, cosmopolita, pero aún contradictoria. La envidiable modernidad de sus barrios pudientes y sus desafiantes universidades privadas colisiona con el caos vehicular, la pobre infraestructura, la corrupción policial, la pobreza maquillada por el verdor tropical y el combustible subvencionado. No quieren a Evo Morales, pero volverán a votar por él, en su deseo de reelegirse por segunda vez; es decir, gobernar Bolivia por tercera vez. La oposición sigue fragmentada, balcanizada, acéfala. Manda en el boliviano el pragmatismo. Desconfían del colombiano. Aborrecen al chileno. Recelan del argentino. Les intriga el progreso peruano. No supe de boliviano alguno que no siguiera la novela peruana Al Fondo hay Sitio (http://www.alfondohaysitio3.com/). Y quien no la puede ver durante la semana, compra un DVD pirata con todo lo que sucedió de lunes a viernes para verlo en familia durante el weekend. Quieren salir al mar. Quieren conocer Cusco. Quieren lograr el milagro de mirarse como iguales a través de vehículos sociales como la gastronomía o el turismo que tan bien han funcionado en el Perú. Da tanto gusto y orgullo saber que en el exterior nos ven como modelo de éxito exportable.

941522_691722267512959_1596893255_nAl día siguiente, full day en La Rinconada (http://larinconada.com.bo/), y tal y como lo promocionan, doy fe que es un Paraíso sólo perdido para quien no lo quiera visitar, pues hasta record mundial ostentan. Piscinas que se interconectan con cascadas, toboganes, estatuas de animales silvestres, puentes y limonadas heladas que bien pronto te llevan a donde estés. Restaurante al aire libre con buffet internacional con alguno de los mejores platos de Bolivia; sus aguas de frutas locales son imperdibles. Flora y fauna que emociona e invita a recorrer el parque entero. Empanadas de queso con café arábica por la tarde. Cuerpos semidesnudos de todas las edades inmunes a la vergüenza, malicia, o la mañosería tan común en Lima. Dejé mi cámara fotográfica profesional al costado de mi pantalón con mi billetera, junto a la ropa de mis hijos mientras nadábamos hasta arrugarnos como viejitos, y al volver nada faltaba, a pesar de las muchas personas que pasaron por ahí. ¡Cómo se echa de menos la decencia!

IMG_4366Al día siguiente partimos para Samaipata a visitar El Fuerte (Patrimonio Cultural de la Humanidad) y al subsiguiente, el bosque de los Helechos prehistóricos, hospedándonos dos noches en el Hotel Resort El Pueblito (http://www.elpueblitoresort.com/web_es/quienes-somos.php), donde nos trataron a cuerpo de rey. Posteriormente, dos noches más en el Refugio de Volcanes, un paraje digno de Jurasic Park  (http://www.refugiovolcanes.net/html/espanol.html). Ambas fueron experiencias de vida memorables, hermosas, agradecidas, que la razón no sabe describir, pero que el alma atesora y se niega a empobrecer con palabras. A pesar de la picadura de mosquitos y zancudos, nos sirvió para tenernos más como familia. Desconectados del mundo, olvidamos nuestras individualidades propias del mundo posmoderno y fuimos 4, que no es igual que dos más dos. Fuimos una unidad, que quiso compartirlo todo. Comimos lo que la tierra nos quiso ofrecer, cocinado por la generosidad de cada boliviano que nos tocó en el desayuno, almuerzo y cena. Todas las sonrisas fueron genuinas. Todas las bromas vinieron del alma. Todos los consejos venían llenos de buena fe. Y todo el mérito es de Yulia y Egorov, que insistieron en que los visitáramos, que no dejaron pasar nada para que nuestra estadía de una semana en Santa Cruz fuera perfecta. Este post es para ustedes, y para nosotros también, porque releerlo en el futuro nos transportará en el espacio-tiempo a ese tiempo que fue feliz gracias a ustedes. Ojalá y alguien más se anime a visitar Santa Cruz. Te vas a sorprender.





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