martes, 17 de septiembre de 2013

No estar y no ser

 

RendyNo hace mucho, en una feria anual de Recursos Humanos llevada a cabo en el Hotel Westin de Lima, mientras compartíamos impresiones varias con algunos gerentes de RR. HH. del sector automotriz, uno de los contertulios le solicitó al más locuaz y aparentemente más exitoso, su tarjeta personal -business card- para contactarlo en el futuro. Grande fue la sorpresa de la mayoría cuando este, entre sonrisas, se excusó por no llevar ninguna, sugiriéndole más bien que lo «gugleara». Pues sí, eso, que entrara a Internet, pusiera su nombre en el buscador de Google y de toda la información resultante en la web, ubicara su información de contacto, además de gran parte de su carrera de vida –pública y privada-.

redes-socialesIncluso los más reacios a exponerse públicamente, han sucumbido a alguna Red Social o Portal Público. Yo empecé en los noventa con una cuenta en Mixmail y luego un perfil en Hi5. No estoy seguro si ambos existen ya. Hoy, tengo un perfil en Facebook con 205 amigos agregados. Este modesto blog en Blogger, con casi 105 mil visitas, que ya quisiera yo, fueran habituales lectores. Casi 4 mil contactos en el imprescindible Linkedin, si de relacionarte en temas laborales se trata. Y seguramente como la gran mayoría, cuenta de correo electrónico en Hotmail, Yahoo y Gmail, además del corporativo, proporcionado por la empresa. Y claro, confieso que alguna vez hice compras a través de EBay, Mercado Libre y Amazon. Mi deuda con YouTube hace mucho la hice patente, porque es la nueva Biblioteca de Alejandría. Eso sí, por alguna extraña razón que desconozco, nunca terminé de enchufarme con el Twitter, el Whatsapp o Skype. Viejuno, me quedé con el grato recuerdo de interminables chats a través del Messenger, que también es ya finito.

facebook-linkedin-trabajoYa son varias las ocasiones que, gracias a Linkedin, me entero de posiciones abiertas en diferentes sectores que bien pronto comunico a mis conocidos para que postulen. Asimismo, no han sido pocas las veces que me han contactado reclutadores y head hunters para participar en procesos de selección donde tengo cierto expertise. Realmente funciona, y si estás desempleado y no tienes aún un perfil creado, más vale que lo vuelvas a considerar. Semejante utilidad tiene el Facebook: te recuerda los cumpleaños, te enteras de los viajes, ascensos, eventos o desgracias de la gente que has querido confiar para tenerla dentro de tus amigos. Conviene señalar que los que más saben sobre FB sugieren que no se debería agregar más de lo necesario, es decir, no pasar de 300. Porque la verdad sea dicha, poco nos importa lo que les pase a quienes no son nuestros parientes y amigos, cercanos y queridos. Son nuevos tiempos con nuevas reglas, a las que hay que adaptarse sí o sí, siguiendo los consejos del sabio Charles Darwin. Porque si no estás, ergo, no eres. Concluyendo, son herramientas, y están para ser utilizadas a tu favor, no para sucumbir ante ellas, porque el día que las consideremos un fin en sí mismo –kategorischen Imperativ-, sí que estaremos jodidos.

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