jueves, 16 de octubre de 2008

El Ombligo del Mundo

OMBLI6 Muchas historias se tejen acerca del origen del ombligo del mundo, o dónde queda éste. La verdad, hay para todos los gustos. Por ejemplo, los rusos señalan que se encuentra junto a la ciudad de Mirna, en la Siberia Central, con una profundidad de 525 metros y un diámetro de 1,25 Km., y que en realidad es un centro de extracción de diamantes. ¿Les complace la historia? Yo creo que no. Necesitamos de misterio, de fantasía, de ilusión. La verdad sola no basta. Salvando las distancias, la reflexión del crítico Harold Bloom es contundente: «Amar la verdad sería amar la muerte. El mundo abunda en sentido porque abunda en errores y es pródigo en sufrimiento, cuando se ve desde una perspectiva estética. Santificar una mentira y engañar con buena conciencia es la labor necesaria del arte, porque una concepción errónea de la vida es necesaria para la vida, mientras que la idea acertada de la vida simplemente acelera la muerte».

moais Así, en la isla de Pascua, ubicada a 3.760 kilómetros de la costa de Chile, se encuentran las misteriosas estatuas moai. La isla se encuentra en el punto más lejano de la tierra, por lo que su nombre en el idioma aborigen: Rapa Nui, significa el «Ombligo del Mundo». Unas 887 monumentales estatuas de forma masculina vigilan desde diferentes puntos la Isla de Pascua. Estos grandes bustos personifican los jefes fundadores de distintos linajes a los que la antigua sociedad Rapa Nui rendía culto. Muchos de los moais de la isla fueron deteriorándose con el paso del tiempo, por lo que la mayoría se tuvieron que restaurar en la década de los 70. Veinticinco años después, en 1995, la UNESCO declaró la isla de Pascua Patrimonio cultural de la Humanidad.

Imagen2 A 3.700 metros sobre el nivel del mar, ocupando la colina de la Montaña Roja de Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet, se impone el majestuoso Palacio de Potala, el mayor complejo palacio y fortaleza que se conserva en el mundo, al que también se ha distinguido como «Ombligo del Mundo». Cuenta con 4.100 metros cuadrados de jardines y pabellones que han sido palacio de invierno de numerosos Dalai Lamas desde que en el siglo XVII. El V Gran Dalai Lama mandó su reconstrucción después que fuera parcialmente destruido por las guerras. Dalai Lamas posteriores han ido ampliando los pabellones hasta que ha adquirido su aspecto actual. Desde entonces, es lugar sagrado para budistas tibetanos, a la vez que se convirtió en centro político y religioso del Tíbet durante mucho tiempo. Dos palacios que suman un total de 13 pisos y 115 metros de alto componen el Palacio de Potala: el Palacio Blanco de siete pisos, es el centro donde los Dalai Lama trataban los asuntos religiosos y políticos. El Palacio Rojo, de seis pisos, el edificio más antiguo estuvo destinado durante décadas a la lectura de sutras bíblicos. Los colores no fueron elegidos por azar, el blanco es símbolo de bondad; el rojo representa las deidades de los antepasados del periodo de Tubo (principios del siglo XVII-IX), pero también tiene un simbolismo religioso. Es por este motivo que los muros exteriores de alrededor 5 metros que rodean el palacio están pintados de estos colores. Su contraste simboliza la unión entre la administración y la religión. El amarillo, símbolo de la secta budista Gelug (amarilla), pinta los tejados de los distintos palacios. Los marcos de las ventanas y de las puertas son negros, pintadas de ese color con la finalidad de asimilar mejor la luz solar y así elevar la temperatura del interior de las salas. Se accede a los Palacios por unas zigzagueantes escalinatas de piedra (de 2.000 sofocantes gradas) que llevan a la Puerta Este, donde las efigies de los 4 dioses vigilan la entrada. Es la puerta a la construcción principal, a sus mil salas, testigos del paso del tiempo durante siglos y que albergan todo tipo de artesanía religiosa en oro y plata, esculturas, armas y corazas de antiguos reinos, piedras preciosas esculpidas en jade que emperadores regalaron al Dalai Lama.

Imagen1 Finalmente, pero no menos importante, todos los peruanos -al menos eso creo- sabemos que el topónimo de la ciudad del Cusco fue la voz quechua Qusqu o Qosqo. La tradición afirma que significa centro, ombligo, cinturón; esto porque, según la mitología inca, en ella confluían el mundo de abajo (Uku Pacha) con el mundo visible (Kay Pacha) y el mundo superior (Hanan Pacha). De este modo, la ciudad fue y es llamada «el Ombligo del Mundo», en referencia al universo. Sin embargo, ninguna lengua quechua moderna contiene dicho nombre asociado al mencionado significado.

Yo ya estuve en dos de ellos, y ganas no me faltan para conocer los otros dos, y los que aparezcan. Motivos para viajar, nunca nos deben de faltar. Y si faltan, los inventamos. No harían mal en hacer un recorrido por alguno de ellos.

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