lunes, 4 de agosto de 2008

Elogio a la estupidez

220px-Holbein-erasmus No me cabe la menor duda, que la obra más conocida -worldwide- del genial Erasmo de Rotterdam es su Elogio a la Estulticia (estupidez), o Stultitiae Laus en latín, ensayo escrito en 1509 (impreso por primera vez en 1511), durante una breve estancia en la casa de su amigo Thomas More en Bucklersbury. Dicho sea de paso, es una obra satírica que ha tenido gran influencia en el pensamiento occidental. Por cierto, no pretendo hacer aquí un resumen del mismo, simplemente me quiero valer del sugerente título para quejarme de una de las situaciones más patéticas (del latín pathetĭcus, y este del griego παθητικός, que impresiona, sensible) que me han tocado vivir.

peru_lima_feria_internacional_del_libro_publico_archivos05_20060725 Resulta que la Cámara Peruana del Libro, del 24 de julio al 3 de agosto de 2008, llevó a cabo la XIII Feria Internacional del Libro de Lima, en el Centro de Convenciones del Jockey Plaza. En términos de convocatoria, y por tanto, comerciales, podría decirse que fue todo un éxito. El derecho de entrada fue de S/. 2.00 (dos y 00/100 nuevos soles) para adultos, y en honor a la verdad, las conferencias y demás actividades culturales, además de los bajos costos de muchos libros, tuvieron una gran acogida. Aunque el último día, el domingo 3, fue bastante masivo. El calor era casi insoportable, además de poder avanzar. Al menos yo, aunque a empellones, me hice de algunas gangas de último día. Siempre son los mejores para comprar todo a mitad de precio.

SS851273 Toca ahora, ventilar el por qué del elogio a la estupidez, y de mi queja ante tamaña patética situación. A las 6 de la tarde, el Grupo Santillana había anunciado la firma de libros por el reconocido y admirado Mario Vargas Llosa. Como bien supondrán los que me conocen, llevé una primera edición en inglés de El Pez en el Agua. Avisado que estaba, empecé a hacer la línea a las 5 pm, pues sólo había tiques para cien personas. Cuando me llegó el turno de recibir el referido tique, me dijeron que Mario sólo iba a firmar libros de la editorial Santillana, no de otra editorial. Enojado, le reclamé que nadie había señalado tamaña limitación, y que además, hace apenas dos días, había comprando dos novísimas rediciones publicadas por dicha editorial, de las obras: La utopía arcaica y Carta de batalla por Tirant lo Blanc, y que por tanto, no estaba dispuesto a volver a comprar un mismo libro dos veces (tengo en mi colección, 40 títulos suyos). Obviamente, no me creyó, y lo terminé mandando a la mierda. Me salí de la línea, y le pasé si sitio a un chiquillo que triste, se alejaba con su libro nuevo de MVLL por no haber alcanzado a los primeros cien puestos. Hasta ahí, uno puede entender la estupidez de algunos empleados. La Madre Natura no le dio suficiente materia gris a todos. Pero, lo que sí me lleno de indignación, fue encontrar a otro escritor peruano de gran valía, Alonso Cueto Caballero (con quien aparezco en la foto), sentado para autografiar sus libros, en el stand contiguo al de MVLL. Fue demasiado para mí. Mientras que a Mario lo abarrotaba la gente, las cámaras de tv, fotográficas y muchísimas personas que oían su nombre por primera vez, pero que, como las moscas a la mierda, se sentían atraídas por su celebridad.

mis No exagero, lector. Pongamos un ejemplo: cada vez que hay un concurso de belleza en el Perú, todas las participantes afirman admirar y leer a Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez. Siempre. Y todos sabemos que eso no es así. La noche de ayer fue algo así. A algún imbécil -stricto sensu- se le ocurrió poner a firmar autógrafos a estos dos escritores a la misma  hora, y mientras uno recibía todo el interés del mundo (bien merecido, por cierto), al otro, también valioso pero poco conocido (gracias a la ignorancia suma de la población), casi nadie se le acercó. Es posible que haya sido una vendetta contra Cueto. Él es un caballero, no creo que lo tome a mal, aunque su gesto desencajado era más que evidente. MVLL tampoco tuvo nada que ver en ello, es esclavo de su fama, de las luces, y los aplausos. Para la próxima vez, organizadores cabeza de hormiga, hagan mejor las cosas y piensen antes de hacer. No todo es dinero y hacer caja.      

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