miércoles, 4 de junio de 2008

Votar al blanco, y vencer al negro

images Mientras leía los titulares de los muchos diarios capitalinos, o Headline News, en el quiosco de la esquina de mi casa, sonreía ante los comentarios de la gente menos informada, preocupada por el triunfo del senador demócrata Barack Obama como primer candidato a la presidencia de los Estados Unidos por el partido demócrata. Decían, temerosos, que habían leído y/o escuchado que el día que un negro gobernara la Nueva Babilonia, sería el inicio del Armagedón, o fin del mundo. Obviamente, esto no tiene nada de cierto, y todo de arcana superstición. Sin embargo, pareciera que por el simple hecho que Obama es afroamericano, o sea, negro, sus mismos partidarios demócratas que apoyaron la campaña de la senadora Hillary Clinton, blancos en su mayoría, aunque también negros, piensan endosar sus votos al partido contrario, los republicanos, representados por el senador John McCain, porque él, sí es blanco como ellos -o como algunos, creen ser-. Estoy dice mucho de la calidad de los votantes. No estaba tan equivocado, respecto a las masas, nuestro amigo Nicolás de Chamfort al afirmar que «Il y a à parier que toute idée publique, toute convention reçue, est une sottise, car elle a convenu au plus grand nombre».

images1 Es verdad, Estados Unidos es un país de inmigrantes, pero mayoritariamente blancos. Los negros, son apenas las segunda mayor minoría, recientemente superados en número por los hispanos. Es también verdad, que a partir de la década de 1960 se les empieza a reconocer algunos otros derechos civiles, y empiezan a gozar de cierto protagonismo en las decisiones nacionales. Pero incluso hoy, si uno revisa la nómina de senadores americanos, son contados los de raza negra. Pasa lo mismo con los círculos de poder, o con los integrantes de la Corte Suprema de Justicia. Y en cuanto al Poder Ejecutivo, no creo que Condoleezza Rice sea su mejor representante, su cinismo llega a exasperar, lo mismo que pasara con su predecesor, morenico también, Colin L. Powell, defendiendo lo indefendible.

 who-is-barack-obamaAlmorzando con algunos amigos, cuyo criterio respeto y valoro, me decían días atrás, que veían muy joven a Barack Obama, como para imaginarlo dirigiendo a la potencia hegemónica, y al mundo, desde la White House. Sin embargo, estaban admirados por cómo había hecho tambalear a todo el aparato electoral de los Clinton. No le daban una victoria, pero sí un futuro promisorio. Hoy, ha vencido, y está a un paso de llegar a la Presidencia. Aquí en Latinoamérica, particularmente en el Perú, se le tiene más simpatía que a McCain, primero porque lo ven más cercano, más igual, y segundo, porque los demócratas tienen mayor acogida que los republicanos, vistos muy a la derecha. Incluso, el presidente Alan García Pérez, en una entrevista concedida a Andrés Oppenheimer, manifestó públicamente su simpatía por Obama. Esperemos que su color de piel, no sea el factor determinante a la hora de elegir, en noviembre, al candidato idóneo. Estados Unidos ostenta la democracia moderna más antigua, y siempre ha sido un referente su equilibrio de poderes, y el manejo de la democracia. Este 2008 podría darle al mundo una lección de madurez, o de resistencia a los cambios necesarios. Coincido, pues, con Carlos Fuentes, quien manifestara que todos deberíamos votar en las elecciones americanas, porque en mayor o menor medida, sus decisiones, tienen que ver con todos.  

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