No hace mucho que, en el Perú, han empezado a proliferar, y preferirse, los blogs. Y los bloggers, como es natural, a tener cierto reconocimiento colectivo, incluso, importancia. Mal haría en no comentar sobre la mejor de ellos, Alicia Bisso y su popular Busco Novio (http://blogs.elcomercio.com.pe/busconovio/). Es más, he de confesar que me he visto rozado por sus historias, y las he posteado en alguna que otra ocasión. Sí, Alicia, soy Vlad, y no Vlado. Aunque crítico al principio, por mi rechazo a los lugares comunes, he terminado interesado en su punto de vista, en su semana a semana de mujer soltera algo próxima a los 40. Guapa, hay que decirlo, chaparrita, risueña, despeinada, fresca, cool. Pero no lo suficiente para aparecer en pantallas de TV. Hacen falta piernas más largas, pechos más generosos, peinados más elaborados, nalgas más acolchonables y menos, mucho menos, neuronas. Larga vida a los blogs, que hacen posible su presencia.
Para admitir todo lo que admite, contar todo lo que cuenta, destilar todo lo que destila, hay que tener los ovarios muy bien puestos. Hoy por hoy, tiene un buen grupo de seguidores de ambos géneros, y no pocas propuestas de salidas, diversión, amor, noviazgo, convivencia, matrimonio, sexo -también de ambos géneros-. Ella en sí, es un buen síntoma de una sociedad que empieza a cambiar, a abrirse un poco más al mundo. Es lo positivo que trae la inmigración. Sanborjina bien limeña (espero que ése sea el gentilicio) hija putativa de Catalunya, que pasó por Europa, y dejó que Europa pasara por ella. Cargada de nuevas ideas, vivencias, y comparaciones, se atreve semana a semana a escribir lo que otras chicas no se atrevieron ni se atreven a decir en público. Y lo más interesante, es que lo hace de la mano del diario más conservador del país, El Comercio. Al menos entre los universitarios, ya es casi una celebridad, y su fama sigue creciendo. Aunque para ellos, sea ya una tía. Sorry, pero así es la vida, el tiempo no pasa en vano.
Esperemos que ese príncipe azul, ese novio buscado pero no encontrado, no llegue en un buen tiempo. Las historias felices no tienen tanta acogida, o al menos, tanta fidelidad en el tiempo. La felicidad aburre, suks, aunque digamos que es lo que más queremos alcanzar. Cuando se nos viene a la mente un deseo, no creo que sea: "ser feliz". Ahí los verdes tienen la preferencia.
¿Con qué acompañar su lectura? Como fondo musical, se nos ha facilitado la tarea, porque ya viene con vídeos y canciones. Para tomar, una limonada frozen, cool como ella y cold como el hielo de adoquín.
Que lo disfruten.
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